martes, 13 de mayo de 2014

Y todo, para nada.

Así callamos,
así entendemos
lo que nos dice el viento
aullando despacio,
robando alientos,
y fingiendo ser solo
un elemento hambriento
de amores platónicos
y olvidos, antes sueños.


Así cumplimos,
así contemplamos
cómo el agua borra
los senderos andados
antaño por aquellos,
valientes insensatos,
creyentes de un ardor
que el río no tardó
en esfumar al son
de cantos rodados.


Así sentimos,
así devolvemos 
a la fría tierra
de la soledad impuesta
pensamientos que fueron
y nunca serán,
que creímos cumplidos
y ahora se pudrirán
en las entrañas de ésta.


Así sufrimos,
así ardemos 
ante el fuego eterno,
nunca amigo,
que siempre ansiará 
nuestra locura
por dejarlo pasar todo,
hasta la felicidad pura,
en pos de la cordura.


Así callamos,
así entendemos
lo que nos dice el viento.

Así cumplimos,
así contemplamos
cómo el agua borra.

Así sentimos,
así devolvemos
a la fría tierra.

Así sufrimos,
así ardemos 
ante el fuego eterno.

Y todo, para nada.

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