martes, 15 de enero de 2013

Orenarfer.

Por que no hay dos, si a la tercera no va la vencida, a falta de pan, grandes remedios y a más años, oídos sordos. 

Siempre pensando: al mal tiempo, pecho, y a lo hecho, buena cara.

A quien madruga, le entra sueño a la hora de comer, y a quien buen arbol se arrima, mona se queda.

A caballo regalado, haz limonada, y si ves que al pan, pan, no hay mal que a joder no venga.

Yo siempre animo: donde fueres, con el mazo dando, y mejor pedir perdón que a Dios rogando. 

Y cuidado, que en boca cerrada no es oro todo lo que reluce, que a quien la sarna pica, consuelo de tontos, y que desgraciado en el juego, justifica los medios.

Alguna vez me pasó: que consejos vendo, y parió la abuela; que éramos pocos, y criamos cuervos; y que más ven cuatro ojos los males, que no dos. 

Aplíquense: hombre prevenido, mejor que mal acompañado; y piensen que ojo por ojo todos tuertos, diente por diente gato al agua, y que el perro del hortelano, agudiza el ingenio. 

En el amor: un clavo y no mires a quién, y piensa que más vale maña, que falta de pan, además de que quien bien te quiere, te da dos veces. Siempre con coco, pues quien nace lechón, te hará llorar, y ojos que no ven, ajos come, pues el amor es ciego.

Para los criticones: quien se pica, al pozo; del dicho al hecho, tal astilla; y a perro ladrador, en la cara le cae.

Y ahora, denme pan, y llámenme San Martín.




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