martes, 4 de noviembre de 2014

Firmar las nubes con los dedos.

Quien no juega no pierde,
pero tampoco ganará
el premio de sus sueños,
por el que ríe llora y ama.


El error de vivir en silencio,
de huir al eterno secreto,
de no expresar en la mirada
y de siempre mostrar respeto.


Firmar las nubes con los dedos,
con los pies bailar el alma,
mano a mano de emociones
que usan notas como espada.


Abrir siempre ventanas al mar,
dejar que su cálido vapor
penetre en tu mente, respirar,
y usar la arena como guía.


Sólo así razona el corazón,
recomponiendo un alma partida
y cimentando el calor
de la felicidad de una vida.


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